martes, 12 de enero de 2010

Mary Hallock Greenewalt (1)






Nació en Beirut en 1871 y a los 11 años se trasladó a Philadelphia en donde desarrolló una carrera como pianista, inventora, escritora, conferenciante y activista política.

En 1900 comenzó a investigar cómo las gradaciones de luz de color podían realzar la expresión emocional de la música. En 1920 consiguió la primera de sus numerosas patentes al diseñar un color organ. Este era un órgano diseñado para proyectar una secuencia de efectos de luz a partir de programas musicales especialmente creados para él. A este nuevo arte lo llamó “Nourathar”, o esencia de la luz.

Aunque consiguió registrar once patentes, pasó la mayor parte de su vida luchando por ellas en diversos juicios, hasta que en 1932 obtuvo una sentencia a su favor. Fue delegada del National Women’s Party, que tuvo un papel decisivo en la obtención del sufragio femenino.

En 1946 publicó Nourathar: The Fine Art of Light-Color Playing.

Murió en 1950 en Wilmington, Delaware.


Estas son sus palabras:

Después de varios años de estudio con Leschetzky, volví a América preparada y deseando hacer conciertos. Durante unos meses, estuve visitando managers esperando encontrar la oportunidad de expresar mi arte musical en público, pero parecía que todas las puertas estaban cerradas. En el mercado había demasiados pianistas, y me decían directamente que tener talento, o incluso ser un genio, ya no era importante para tener éxito, a no ser que el músico tuviese una personalidad insólita y extravagante.



Volví a casa y pensé en el tema. ¿Tenía que convertirme en una mujer estrafalaria para llamar la atención de los managers y el público? No pensaba hacer eso. Pensé que debía buscar algo nuevo, algo llamativo, no para mí misma sino para mi arte. Entonces tuve un flash – con las palabras brillando, ¿por qué no usar la luz para subrayar la música? Esa visión ya había llevado a la invención del órgano de color; para mí fue una idea fugaz, pero ya llevo 16 años dedicada a ella. Durante estos años he centrado mi tiempo y energía tanto en la parte estética como en aprender cosas sobre electricidad, física, ingeniería y todo tipo de información sobre el color. He dibujado los planos y he construido todas las partes del instrumento yo sola.

Al perfeccionar mi color organ, llegué a la conclusión de que la atmósfera es, en el sentido más amplio de la palabra, el factor principal de cualquier actuación en público. Si en una pequeña reunión de doce o más personas un espectador negativo puede destruir la capacidad de entrega del artista, ¿cómo no se va a ver afectado éste (igual que el público) de forma favorable por este medio tan sutil y acogedor que nos rodea y con la ayuda del cuál puede impulsar su interpretación?. ¿No será increíblemente encantador presentar sus frases musicales vestidas con la atmósfera de color-luz que mejor le sienten?

Corot tenía 53 años cuando de repente se dio cuenta de lo que era la atmósfera para la pintura, y entonces llegó a la fama.

De todas formas, hacer que la luz sea móvil con la música, unirla con cualquier otro arte, darle una voz propia, fue muy difícil para mí desde el punto de vista técnico, igual que sería difícil para un iluminador tocar un concierto de piano con orquesta.

No quiero minimizar ni por un momento la gloria que sentí al principio y siento ahora al pensar que los seres humanos pueden ser capaces de percibir al mismo tiempo los milagros del sonido y las maravillas del color, pero fue empíricamente –a través de la experiencia, la experimentación y la práctica- como pude desvelar el valor increíble que tienen las diferentes intensidades de la luz para añadir significado a las emociones efímeras, como las provocadas por la música.

Más que los distintos colores, las variaciones de intensidad de la luz son el factor más importante para subrayar la expresividad emocional. En un arte creado sólo con luz, las intensidades, la oscuridad, la luz, la forma en que se suceden, la sutileza con la que se utilizan los matices dinámicos, son los factores indispensables. Al romper la luz en los rayos de color que la componen, sencillamente se añade un elemento más de belleza. Tal como lo masculino abraza a lo femenino, el color es inseparable de la luz. Lo esencial en cuanto a la mecánica era crear un dispositivo a través del cual se pudiera controlar la intensidad de luz deseada, tal como un violinista busca el timbre particular de su instrumento o un cantante la resonancia de su voz.

¿Cómo puede una nota sugerir un color?, ¿cómo la escala completa de un piano puede sugerir un color completamente diferente del de otro piano?, ¿cómo puede sugerir un violín un color diferente al de una trompeta?, ¿cómo puede una persona sugerir una oveja mientras que otra sugiere un gato, o incluso un elefante o una ballena?, ¿por qué existe la analogía?.

Existe una amplia literatura sobre la audición del color y las sensaciones asociadas. Todo el cerebro es una sensación asociada o relacionada. Todos los ejemplos sobre el tema apenas cabrían en el mundo entero, ya que el propio lenguaje está hecho de ellos. Cuando decimos “buenos” días, ropas “chillonas”, colores “ofensivos”, estamos conectando asociaciones. Cuando un francés llama a una patata asada “pomme de terre de la robe de chambre” (patata con bata) está conectando asociaciones.




Para poner un ejemplo sencillo de cómo las intensidades y colores se relacionarían con la melodía, tomemos las primeras frases de la Sonata del Claro de Luna de Beethoven. ¿Debería asignar un artista del color el rosa a esta melodía? Las notas son hirientes, claras, afiladas, no agudas sino del registro medio. ¿Tendría un azul claro estas cualidades? ¿Cómo de puro debería ser ese rosa y con qué matiz? ¿Qué rango debería utilizar para poder utilizar sus matices en melodías más agudas más tarde? ¿Cuándo debería empezar y terminar un color? ¿Con cuánta frecuencia se pueden variar la intensidad y el color sin cansar los músculos del iris y los nervios de la retina?.

Aquí comienza el verdadero trabajo del artista del color: elegir entre todas las opciones mientras sujeta todos los hilos con firmeza. Este ejercicio de elección, respaldado por el aprendizaje, es el único maestro en cualquier arte, y el arte de la luz y el color no es una excepción. Este es el fin creativo: mi objetivo. Pero me doy cuenta de que las personas que eventualmente manejarán el light and color organ no tendrán mis conocimientos ni mi experiencia. Por ello, ahora trabajo en mis partituras de color para acompañar la música de nuestras composiciones más conocidas.

Creo sinceramente que este sexto arte será el más hermoso de todos. Con cuánta fuerza hablará, en comparación con los poderes que esconden los otros, nadie puede saberlo.


Fragmentos de una entrevista realizada por Rose Rosner en el New York Times el 12 de Noviembre de 1922.

El artículo completo está aquí.



2 comentarios:

  1. Conocí a Mary Hallock Foote, a partir de la novela de Wallace Stegner “Ángulo de reposo” que leí hace unos años. Fue premio Pulitzer en 1972; a partir de su lectura investigue un poco más y descubrí que hay muchos mundos… pero están en este. Pues el resto de su vida es aun más apasionante, si cabe.

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  2. ¡Ostias es otra Mary!, claro Elsa me preguntas en la cafetería y yo digo que sí que la conozco. No sé, cómo será la vida de esta mujer, pero la de su prima de película.

    (Me cago en las informaciones cruzadas y en mi pensamiento rizoma).

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